“djokin-dudu”
Hace poco comentaban de la existencia cá de un ratón que habitaba en algunas casas que tenía el extraño hábito de coger cosas y llevarlas para su guarida o habitáculo de descanso, estas generalmente se trata de ropa o utensilios de cocina. No desde un inicio se sospecha o descubre que es el “djokin-dudo” el agente que hacía desaparecer los objetos y no lejos llegaban al pensamiento cualquier otra causa del mismo sea mística o personal.
Por lo que para prueba en contrario existe un remedio casero que es la “cana”, el aguardiente que aparte de sus cualidades anestésico-medicinal al frotar la parte dolorida cuando uno se caía de pequeño o para el dolor de muelas, tiene la virtud de devolver los objetos desaparecidos. En este caso consiste en dejar un recipiente con cana en algún lugar de la casa, el djokin-dudo en su cleptomanía innata se hará con el mismo y beberá su contenido, así en estado de embriaguez dentro de su guarida comenzará a tirar todas las cosas de la misma y aparecerán esparcidas por la casa.
Teresa Montenergro en su obra “Kriol tem” publicada por Ku Si Mon, refleja el término “djakindur” como ratón de Gambia, gran roedor herbívoro (Cricetomys gambianus gambianus), al que también se le denomina “djikindur”, “djukindur” y “djokin-dudu”; mencionanso más adelante al “sunkulum” o “súngulo” ratón de las palmeras que se alimenta del fruto de las palmeras y bebe el vino de palma cuando se encuentra en las calabazas que cuelgan de las mismas. En fin, ratones bebedores y ladrones
En un primer momento “djokin” nos puede llevar a pensar en el término inglés “joker”, pero un diccionario Guineense-Portugués, lo traduce por Joaquím, dando lugar a la traducción de Joaquím-doido, Joaquin “el loco”. Esto nos permite hacer hipótesis descabelladas sobre el origen del término “djokin-dudo”, desde un ratón al que le llamaban Joaquín hasta que Joaquín era un miembro de una tabanka al que le gustaba el aguardiente y estaba un poco ido, siendo culpabilizado de todos los robos.
Tal vez sea el “djokin-dudo” el causante de la desaparición de objetos la noche de San Xoán en zonas de la Ría de Arousa, aunque dudo que en este caso el dejar “aguardente” sea la solución, más bien esta también desaparecerá sin devolución de lo anteriormente retirado.
Bissau 21 de noviembre de 2009
domingo, 22 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Alin´li XXVIII- Contentor
“Cotentor”
La terminación del vocablo -or indica un sujeto que puede llevar a cabo una acción o se dedica a determinada profesión, llegando a producir en algunos casos cierta reacción en otros sujetos. Por otro lado, el ser humano pasa por distintos estados de ánimo para los que se emplean distintos vocablos que no tienen un significado claro y concreto, sino que estos vienen dados por su uso, el concepto de significado dentro de un juego de lenguaje que Wittgenstein planteaba en sus “Investigaciones Filosóficas”, así tenemos palabras como tristeza, apatía, alegre, deprimido,... y contento, que en guineense es “kontenti” (contente).
El contentor será entonces aquel que hace a la gente contente, su cometido y tarea en este lugar, recuerda al bufón medieval, al payaso o clown, que parece una expresión de más contexto artístico.
Cá el contentor hace feliz a la gente, porque cuando llega a una calle y se instala al lado de una casa y después de los correspondientes papeles de presentación se abre, se pueden ver y al final acceder a su contenido, que no son historias ni piruetas ni pantomimas ni equilibrios no, son suministros, ya sea de bienes corrientes, que lo son en otros sitios, como de otros de carácter mas duradero. La gente se alegra porque podrá ir a algún supermercado y encontrar aquellos alimentos que hace tiempo desaparecieron.
Pero no acaba aquí esta aptitud por alegrar del contentor, porque una vez vaciado y depositado en alguna calle, poco a poco se le van haciendo modificaciones, como una puerta, un mostrador, una mano de pintura,... que poco a poco asumirá la actividad típica de un bar o de una tienda, para tratar que la gente siga contente con su nuevo uso.
El “kontentor” (contentor) que era una gran caja, embalaje, metálico que se empleaba para el transporte de mercancías, y tenía este significado por su uso, ha pasado a ser un bar, una boutique o tienda, porque es para lo que se usa aunque se le siga denominado “contentor” (kontentor).
“ri toki larma sai na udju” – reír hasta que salgan las lágrimas – reír hasta llorar – llorar de risa.
Bissau, 18 de noviembre de 2009
La terminación del vocablo -or indica un sujeto que puede llevar a cabo una acción o se dedica a determinada profesión, llegando a producir en algunos casos cierta reacción en otros sujetos. Por otro lado, el ser humano pasa por distintos estados de ánimo para los que se emplean distintos vocablos que no tienen un significado claro y concreto, sino que estos vienen dados por su uso, el concepto de significado dentro de un juego de lenguaje que Wittgenstein planteaba en sus “Investigaciones Filosóficas”, así tenemos palabras como tristeza, apatía, alegre, deprimido,... y contento, que en guineense es “kontenti” (contente).
El contentor será entonces aquel que hace a la gente contente, su cometido y tarea en este lugar, recuerda al bufón medieval, al payaso o clown, que parece una expresión de más contexto artístico.
Cá el contentor hace feliz a la gente, porque cuando llega a una calle y se instala al lado de una casa y después de los correspondientes papeles de presentación se abre, se pueden ver y al final acceder a su contenido, que no son historias ni piruetas ni pantomimas ni equilibrios no, son suministros, ya sea de bienes corrientes, que lo son en otros sitios, como de otros de carácter mas duradero. La gente se alegra porque podrá ir a algún supermercado y encontrar aquellos alimentos que hace tiempo desaparecieron.
Pero no acaba aquí esta aptitud por alegrar del contentor, porque una vez vaciado y depositado en alguna calle, poco a poco se le van haciendo modificaciones, como una puerta, un mostrador, una mano de pintura,... que poco a poco asumirá la actividad típica de un bar o de una tienda, para tratar que la gente siga contente con su nuevo uso.
El “kontentor” (contentor) que era una gran caja, embalaje, metálico que se empleaba para el transporte de mercancías, y tenía este significado por su uso, ha pasado a ser un bar, una boutique o tienda, porque es para lo que se usa aunque se le siga denominado “contentor” (kontentor).
“ri toki larma sai na udju” – reír hasta que salgan las lágrimas – reír hasta llorar – llorar de risa.
Bissau, 18 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Alin´li XXVII - “*121*6134343#”
“*121*6134343#”
El avance de la telefonía móvil es imparable y mientras en una parte se progresa a tener todos los servicios de comunicaciones y ocio en un pequeño aparato en otras se va de la clásico sim con tarjeta de pre-pago al contrato y roaming. Este último paso está claramente condicionado por la capacidad de pago del cliente de la compañía.
En países en vías de desarrollo, por utilizar una denominación usual, la telefonía móvil se ha extendido en poco tiempo a un porcentaje elevado de la sociedad, hay carencias en el suministros de bienes de primera necesidad, pero hay más móviles que platos en la mesa. Pero la capacidad de realizar una llamada viene dada a que previamente se adquiera en cualquier puesto de venta, normalmente un contenedor reutilizado en tienda, la correspondiente tarjeta de prepago, la cual una vez rascada la parte de superficie de color gris, como si de un sorteo se tratara, no aparece el significante que se refiere a “una bicicleta” sino una lista de trece números que es preciso marcar después del correspondiente asterisco código asterisco trece números almohadilla llamar y un mensaje indicará que su saldo es de... lo que hayas pagado por la tarjeta y bonus correspondiente si há lugar.
Pero capacidad de gasto de los clientes no es elevada, pero como estos son muchos, las compañías han buscado una solución para que uno pueda comunicarse con alguien cuando se quede sin saldo, porque ni una llamada perdida puede hacer. Se trata del “Líga-me”, en el sentido que esta expresión tiene en la lengua portuguesa, y que consiste en marcar *121*número de teléfono# pulsar tecla llamar, y la persona que dispone de ese número recibirá un mensaje “Líga-me. Por favor, ligue al número del emisor”. Claro es, que el éxito de la comunicación dependerá si el receptor conoce el número, quiere o no gastar su saldo en hablar con alguien que él no ha decidido llamar, es curioso, ... Pero esta opción, está limitada a cinco envíos al día y no llega a los números con contrato.
A día de hoy es inimaginable la extensión del contrato porque la consecuencia sería el cierre de la compañía. El hecho de diferir el pago a final de mes invitaría a un desenfreno de llamadas porque en el momento no es preciso pagar nada y cuando llegase la factura lo mas probable es que no se cobraría “nem com un AK apontando as costas”.
Con el tiempo los servicios se pagarán una vez recibidos y no previamente.
Bissau, 16 de noviembre de 2009.
El avance de la telefonía móvil es imparable y mientras en una parte se progresa a tener todos los servicios de comunicaciones y ocio en un pequeño aparato en otras se va de la clásico sim con tarjeta de pre-pago al contrato y roaming. Este último paso está claramente condicionado por la capacidad de pago del cliente de la compañía.
En países en vías de desarrollo, por utilizar una denominación usual, la telefonía móvil se ha extendido en poco tiempo a un porcentaje elevado de la sociedad, hay carencias en el suministros de bienes de primera necesidad, pero hay más móviles que platos en la mesa. Pero la capacidad de realizar una llamada viene dada a que previamente se adquiera en cualquier puesto de venta, normalmente un contenedor reutilizado en tienda, la correspondiente tarjeta de prepago, la cual una vez rascada la parte de superficie de color gris, como si de un sorteo se tratara, no aparece el significante que se refiere a “una bicicleta” sino una lista de trece números que es preciso marcar después del correspondiente asterisco código asterisco trece números almohadilla llamar y un mensaje indicará que su saldo es de... lo que hayas pagado por la tarjeta y bonus correspondiente si há lugar.
Pero capacidad de gasto de los clientes no es elevada, pero como estos son muchos, las compañías han buscado una solución para que uno pueda comunicarse con alguien cuando se quede sin saldo, porque ni una llamada perdida puede hacer. Se trata del “Líga-me”, en el sentido que esta expresión tiene en la lengua portuguesa, y que consiste en marcar *121*número de teléfono# pulsar tecla llamar, y la persona que dispone de ese número recibirá un mensaje “Líga-me. Por favor, ligue al número del emisor”. Claro es, que el éxito de la comunicación dependerá si el receptor conoce el número, quiere o no gastar su saldo en hablar con alguien que él no ha decidido llamar, es curioso, ... Pero esta opción, está limitada a cinco envíos al día y no llega a los números con contrato.
A día de hoy es inimaginable la extensión del contrato porque la consecuencia sería el cierre de la compañía. El hecho de diferir el pago a final de mes invitaría a un desenfreno de llamadas porque en el momento no es preciso pagar nada y cuando llegase la factura lo mas probable es que no se cobraría “nem com un AK apontando as costas”.
Con el tiempo los servicios se pagarán una vez recibidos y no previamente.
Bissau, 16 de noviembre de 2009.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Alin´li XXVI- Cuchillo y tenedor
“Cuchillo y tenedor”
Un gran cambio en nuestros hábitos culinarios ha sido la aparición en su momento del cuchillo y del tenedor, y perdonarme que no recurra al Wikipedia u otra enciclopedia clásica para comentar el inicio del uso de estos aperos destinados a trocear y recoger los alimentos para introducirlos directamente en la boca para su tratamiento mecánico por los elementos dentarios y químico por los jugos salivares.
Con ellos aparecieron usos y costumbres de una buena educación en su empleo y de una profesionalización en su ubicación en una mesa destinada a comensales, pero también implicaron un cambio en la preparación de los elementos a cocinar y en definitiva de la gastronomía. Así el hecho de que el destinatario/s del plato que se está a preparar pueda trocear el alimento cocinado de una manera decorosa evita que sea el cocinero el que deba tratar el mismo para que el comensal no pase apuros.
Cá encontramos ejemplos de estas situaciones. En su momento uno se encontraba en un local de restauración y podía solicitar unas “chuletillas de cordero” que con el cuchillo y tenedor iba haciendo trozos pequeños para introducir en la boca, y ni que decir de un “lacón/jamón asado”, pero en los locales de abastecimiento de comida preparada para comenzar a disfrutar y en los suministradores de la misma o proveedores de carne es imposible encontrar estos alimentos cárnicos en forma que no sea troceada a elementos pequeños que se puedan coger con la mano sin ofender a los presentes.
No se plantea como se va a preparar dicha pieza, sino que antes se trocea bien y después se piensa en su preparación, de poco vale realizar una receta con toda la pieza o partes de la misma si después no tenemos suficientes elementos para que usen todos los comensales. De esta forma un buen cuchillo o machete junto con algún elemento punzante sirve al cocinero para iniciar su preparación y no se precisan cuchillos y tenedores para los comensales.
Bissau, 4 de noviembre de 2009
Un gran cambio en nuestros hábitos culinarios ha sido la aparición en su momento del cuchillo y del tenedor, y perdonarme que no recurra al Wikipedia u otra enciclopedia clásica para comentar el inicio del uso de estos aperos destinados a trocear y recoger los alimentos para introducirlos directamente en la boca para su tratamiento mecánico por los elementos dentarios y químico por los jugos salivares.
Con ellos aparecieron usos y costumbres de una buena educación en su empleo y de una profesionalización en su ubicación en una mesa destinada a comensales, pero también implicaron un cambio en la preparación de los elementos a cocinar y en definitiva de la gastronomía. Así el hecho de que el destinatario/s del plato que se está a preparar pueda trocear el alimento cocinado de una manera decorosa evita que sea el cocinero el que deba tratar el mismo para que el comensal no pase apuros.
Cá encontramos ejemplos de estas situaciones. En su momento uno se encontraba en un local de restauración y podía solicitar unas “chuletillas de cordero” que con el cuchillo y tenedor iba haciendo trozos pequeños para introducir en la boca, y ni que decir de un “lacón/jamón asado”, pero en los locales de abastecimiento de comida preparada para comenzar a disfrutar y en los suministradores de la misma o proveedores de carne es imposible encontrar estos alimentos cárnicos en forma que no sea troceada a elementos pequeños que se puedan coger con la mano sin ofender a los presentes.
No se plantea como se va a preparar dicha pieza, sino que antes se trocea bien y después se piensa en su preparación, de poco vale realizar una receta con toda la pieza o partes de la misma si después no tenemos suficientes elementos para que usen todos los comensales. De esta forma un buen cuchillo o machete junto con algún elemento punzante sirve al cocinero para iniciar su preparación y no se precisan cuchillos y tenedores para los comensales.
Bissau, 4 de noviembre de 2009
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