domingo, 20 de noviembre de 2011

Tchubús-Tchabás XXX- SOS

“SOS”

Es costumbre muy hispana la de salir a tomar unas cañas con sus tapas, y recuerdo aquellos años noventa en Madrid en donde tan pronto entrabas por la puerta de un bar, el camarero ya estaba saludando y preguntando lo que iba ser. Pero ese servicio al cliente ya se ha ido perdiendo en muchas zonas de la capital.

Cá en Bissau está complicado lo de salir de cañas y tapas, las primeras porque sólo hay un local en el que disponen de cerveza a presión y las segundas porque se han quedado en el sólo hecho de tapar la copa de cerveza para que no entren las moscas, sin aprovechar de añadir algo comestible.

Pero también es complicado que le atiendan con rapidez, lo cierto es que el clima no ayuda a realizar movimientos rápidos, pero lo cierto es que tampoco se detectan intentos claros de que la cosa cambie. De esta forma uno puede estar más de una hora esperando por su plato de comida y escuchar otro comensal que dirigiéndose al camarero le dice “SOS SOS”, y uno piensa en lo desesperado que debe estar para pedir un “S.O.S.”

Pero lo cierto es que en kriol “sos” nada tiene que ver con una petición de socorro, sino que se refiere a socio, a un miembro de una sociedad, así para poder disfrutar de la comida en algunos sitios lo mejor es asociarse con el camarero con la esperanza de que se pueda conseguir el objetivo de ser atendido en tiempo y forma.

Bissau, 20 de noviembre de 2011

martes, 1 de noviembre de 2011

Tchubús-Tchabás XXIX- Cámara

“Cámara”

El término cámara en su soledad y sin ningún elemento que fije un contexto para acotar su significado, puede llevarnos a distintas situaciones dependiendo de que elementos sean prioritarios u ocupen mayor espacio en el subconsciente de aquel que lo lee sobre un fondo blanco.

Aquellos que se mueven en un entorno impregnado por un partido polític,o o que viven intensamente el entramado de la representatividad, o que quieren ser la voz de otros, sin entrar si es una voz responsable ante los otros o es que estos han delegado la suya en éste sin mas, pensaran en la Cámara de los Diputados o la de los Senadores, o la Baja o la Alta. Leer cámara les lleva a términos como diputado o senador, sistema de representación, Ley de Partidos, Grupo Parlamentario y todo ese mundo de la partitocracia que hay alrededor.

Aquellos que sin más se dejan llevar, que devoran palomitas en los multicines, que se ponen de drogas de diseño y dejan pasar la alegre juventud, entre la televisión, el ordenador, el smartphone y el último modelo de avance tecnológico para el gran consumo. Con seguridad el término cámara les trasladará al término píxel y los megapixels que tiene la cámara de su telemóvil o cámara digital.

Aquellos que desde la irrupción de Fernando Alonso en los circuitos de fórmula uno se empezaron a interesar por el mundo del motor, ya que antes eso sólo era mucho ruido y siempre había alguien que los llevaba en coche, y que hace años veían como Raikkonen perdía una carrera al destrozar los neumáticos del vehículo y así se dieron cuenta que había ruedas que no llevaban cámara. Aquel elemento de goma que iba por el interior de la rueda de la bicicleta, que se podía parchar cuando se pinchaba y con una bomba recobraba forma al llenar su interior con aire, y nos permitía continuar; ya no existe en muchas ruedas.

Es así como en Bissau uno puede encontrarse dentro del debate, que no es tal porque al final llevaras la rueda que quiere el que te la vende al igual que comerás el filete o pescado al punto del cocinero, de si lo mejor son las ruedas sin cámara o las que llevan cámara. Insisten en que sin cámara, será porque es lo último.

De esta forma uno tiene un elemento más de emoción en sus desplazamientos, ya que acorde con el estado de las calles y carreteras, no es de extrañar un pinchazo que al no tener cámara la rueda quedará sin aire en pocos minutos, pero también la emoción de quedarse inmovilizado en una distancia de dos metros y en menos de quince segundos, ya que en las ruedas sin cámara el neumático va pegado, “encolado”, a la llanta y con tanto entrar y salir de superficies a distintos nivel, poco a poco se va separando hasta que de repente uno nota una caída brusca de uno de los extremos del vehículo, con la certeza de tocar tierra sin neumático. Una vez fuera observa la llanta sobre el suelo y el neumático suelto.

Hace meses en un puesto callejero de reparación de neumáticos, llegaron a garantizar un máximo de seis meses sin que la rueda se despejara, una garantía efímera hasta cierto punto controlada que hace recomendable pasar por los boxes para evitar sorpresas. Pero que sea algo que conviene hacer, no garantiza que no ocurra lo que se trata de evitar. Cá uno puede vivir toda la emoción del motor “ao vivo”.


Bissau, 1 de noviembre de 2011.