“Dieta sagrada”
El origen del término dieta, según el diccionario de la RAE, procede del griego “diaita”, régimen de vida, manera de vivir, en donde claramente se tienen en cuenta los hábitos alimenticios. Con el surgimiento de las religiones monoteístas, en las que ese Ser Supremo organiza y regula a través de los escritos de los profetas como se han de organizar y comportar los seres humanos, también dictamina sobre los hábitos de ingestión de alimentos, con la novedad de que dicho incumplimiento implica la comisión de un pecado, hacer algo impuro, o que nuestro cuerpo se llene de elementos impuros al ingerir los mismos.
Es sabido que el origen de esta regulación por parte de las religiones implicaba en el fondo recomendaciones médico sanitarias, de forma que en climas en donde la carne de cerdo no se podía conservar y provocaba una gran mortandad, fue precisa su prohibición y quien mejor que el Supremo para dictaminarla, al igual que la prohibición de comer carne durante la Cuaresma para hubiera más variedad en los alimentos habituales, pasando a ingerir más pescado durante ese período.
En general todas las religiones regulan en algún momento el régimen alimentario con distintos ayunos, desconozco si en el origen de esta regulación se trataba de mantener, a la vez que una purificación de las toxinas del cuerpo humano, lo que se conoce hoy como “seguridad alimentaria” en el ámbito geográfico que regulaba.
Cá en Bissau nos encontramos con una nueva justificación del hecho de que los que profesan la religión musulmana no ingieran carne de cerdo, y de forma similar lo han trasmitido distintas personas, y que confiere a dicho animal un carácter sagrado a semejanza de las vacas en la India. La sacracidad que se le otorga al cerdo es “como agradecimiento por haber indicado a unos peregrinos sedientos el camino hacia una charca en la que pudieron saciar su sed y evitar así la muerte”, ninguno a aportado la fuente textual de dicha versión ni la he encontrado, pero parece ser admitida por lo menos en Guiné-Bissau. Esto puede explicar que el cerdo que dentro de el Corán aparece como animal impuro pueda desplazarse libremente por las calles de los barrios de Bissau, a semejanza del que se puede ver en La Alberca, provincia de Salamanca, con la diferencia de que este último es comunitario y que aquí son muchos pero cada uno con su propietario, obviamente que no profesa la religión musulmana.
Al darle este carácter sagrado a dieta el ser humano se siente más obligado a cumplirla, más a partir del siglo XX, sobre todo en Europa se ha ido relajando el cumplimiento de estas normas sagradas fruto de religiones monoteístas y se ha pasado a regular los hábitos alimenticios en base a justificaciones científicas, los dictámenes de la ciencia adquieren ese carácter sagrado que induce a su cumplimiento, pero los logros de las investigaciones están en continuo avance, a la espera de ser falseados, así que con independencia de los intereses económicos del ente financiador de la investigación, lo que hoy parece probarse que es perjudicial para nuestro cuerpo al año es saludable o viceversa.
La dieta sacra del siglo XX se basa en un imagen de belleza occidental de cuerpos esculturales y saludables, para lo que es preciso consumir una serie de productos eco, bio, omega, … no se regula como antaño los alimentos que no se deben consumir si no que se indica aquellos que se deben comprar, pero se mantiene un carácter negativo del que no cumple con los cánones de esta nueva dieta sagrada como alguien has cierto punto impuro.
Bissau, 17 de abril de 2011.