“Bissau Halloween”
Desde finales del siglo XX se ha ido trasladando a Europa la celebración de la noche Halloween exportada de US y Canada, para que los jóvenes se disfracen y salgan por la noche con el objeto de amedentrar a viandantes y ocupantes de viviendas, y en algún caso a cambio de algún presente; y así, la noche del 31 de octubre o las del 1 y 2 de noviembre han dejado de ser aquellas en las que se paseaba “A Santa Compaña”, procesión de almas en pena, por los caminos, a cuyas íbamos en Pobra de Trives a la espera de su paso mientras las historias contadas con argumentos basados en lo sobrenatural creaban el ambiente adecuado.
En Guinea Bissau también existe esta tradición, todavía sin importar el merchandising de Halloween.
El día de difuntos, dos de noviembre, la gente se desplaza hasta los cementerios católicos a depositar flores, o lo más habitual, por ser más económicas, coronas con elementos no naturales pero que dan colorido y cumplen el objetivo de ofrecimiento al difunto a un coste ajustado a las posibilidades del ofecerente, y asimismo colocar alguna vela. Ante la tumba permanece el que hace la ofrenda, familiar o amigo o encomendado, y espera hasta que se consuma un poco la vela y antes de marchar procede al quemado de algún elemento de la corona con el objetivo de que esta no sea deseada como objeto de usurpación para su posterior reventa. Mientras algunos niños desde los muros observan la evolución del quemado de las velas.
Llegado el momento oportuno y ya cuando el que ha depositado la vela por lo general alguno de los observadores del muro se mueve a retirar lo que quede de la vela. Más tarde poco después de que la oscuridad impida la visión algún grupo de niños se desplaza por el barrio golpeando dos trozos de metal cantando algo parecido a “Ave Ave María pelamos pedimos no nome de Jesús”, y se desplazan de casa en casa pidiendo.
Pero ya más entrada la noche, pueden aparecer personajes de mayor edad celebrando la noche de difuntos bissauguineana, con un cántico parecido al siguiente:
Pelamor pelamor de Deus
Mansi na rúa como galo grande
Peamor pelamor de Deus
Mansi na rúa como galo grande
Su ca abri nu porta
No na rombau varanda
El cual viene a decir que Por el amor por el amor de Dios/ Amanece en la calle como gallo grande/Si no abres la puerta arramplamos con la balconada. La cosa parece más seria, así que si uno no quiere encontrarse con que le han llevado algo del exterior de la vivienda, como si se tratase de los mismos espíritus que la noche de San Xoán se llevan verjas y carros en Vilanova de Arousa, puede optar por salir y entregar algo o tratar de negociar la entrega para otro año, claro está que la aceptación del aplazamiento no podrá evitar oír alguna expresión con el objeto de potenciar la superstición como “gatu pretu bade bu kama” (un gato negro se oculta bajo tu cama). Ala tu mismo.
Bissau 6 de noviembre
Desde finales del siglo XX se ha ido trasladando a Europa la celebración de la noche Halloween exportada de US y Canada, para que los jóvenes se disfracen y salgan por la noche con el objeto de amedentrar a viandantes y ocupantes de viviendas, y en algún caso a cambio de algún presente; y así, la noche del 31 de octubre o las del 1 y 2 de noviembre han dejado de ser aquellas en las que se paseaba “A Santa Compaña”, procesión de almas en pena, por los caminos, a cuyas íbamos en Pobra de Trives a la espera de su paso mientras las historias contadas con argumentos basados en lo sobrenatural creaban el ambiente adecuado.
En Guinea Bissau también existe esta tradición, todavía sin importar el merchandising de Halloween.
El día de difuntos, dos de noviembre, la gente se desplaza hasta los cementerios católicos a depositar flores, o lo más habitual, por ser más económicas, coronas con elementos no naturales pero que dan colorido y cumplen el objetivo de ofrecimiento al difunto a un coste ajustado a las posibilidades del ofecerente, y asimismo colocar alguna vela. Ante la tumba permanece el que hace la ofrenda, familiar o amigo o encomendado, y espera hasta que se consuma un poco la vela y antes de marchar procede al quemado de algún elemento de la corona con el objetivo de que esta no sea deseada como objeto de usurpación para su posterior reventa. Mientras algunos niños desde los muros observan la evolución del quemado de las velas.
Llegado el momento oportuno y ya cuando el que ha depositado la vela por lo general alguno de los observadores del muro se mueve a retirar lo que quede de la vela. Más tarde poco después de que la oscuridad impida la visión algún grupo de niños se desplaza por el barrio golpeando dos trozos de metal cantando algo parecido a “Ave Ave María pelamos pedimos no nome de Jesús”, y se desplazan de casa en casa pidiendo.
Pero ya más entrada la noche, pueden aparecer personajes de mayor edad celebrando la noche de difuntos bissauguineana, con un cántico parecido al siguiente:
Pelamor pelamor de Deus
Mansi na rúa como galo grande
Peamor pelamor de Deus
Mansi na rúa como galo grande
Su ca abri nu porta
No na rombau varanda
El cual viene a decir que Por el amor por el amor de Dios/ Amanece en la calle como gallo grande/Si no abres la puerta arramplamos con la balconada. La cosa parece más seria, así que si uno no quiere encontrarse con que le han llevado algo del exterior de la vivienda, como si se tratase de los mismos espíritus que la noche de San Xoán se llevan verjas y carros en Vilanova de Arousa, puede optar por salir y entregar algo o tratar de negociar la entrega para otro año, claro está que la aceptación del aplazamiento no podrá evitar oír alguna expresión con el objeto de potenciar la superstición como “gatu pretu bade bu kama” (un gato negro se oculta bajo tu cama). Ala tu mismo.
Bissau 6 de noviembre
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