“Nâo me cheires a cabeza”
Que en traducción literal es “no me huelas la cabeza”. De todos es sabido que el cuerpo emite una serie de distintos olores que son percibidos en mayor intensidad de acuerdo con el desarrollo olfativo de los que rodean al emisor o el volumen de tráfico olórico en el cruce de distintos olores que la alta temperatura unida un elevado porcentaje de humedad se da en Guinea Bissau.
De las zonas de procedencia clásicas de los olores tenemos los sobacos, zona que se acostumbra vaporear, junto con otras, con colonias que en Bissau existen de todo tipo de marcas y los pies, que trae a la mente la canción del primer long play de Siniestro Total cuyo estribillo era “juegas al pale, te huelen los pies”; más que a alguien le huela la cabeza es algo que sorprende en un primer momento.
Podemos pensar en sentido metafórico, que lo que esta oliendo mal es el estado cada vez mas degenerativo de la masa gris que compone el cerebro y que cada vez se va atrofiando en mayor medida; más ese estado de evolución involución de la mente no se manifiesta a través de la emisión de olores directos desde la cabeza, sino en pautas de comportamiento cada vez mas rutinarias y mecanizadas, dando lugar al deterioro por la falta de uso de las conexiones neuronales.
Más en Guinea Bissau la cabeza puede llegar a oler, también, por el uso de peluca. El hábito de emplear elementos de cabello artificial, que se pueden comprar en supermercados y mercados, y que aprisionan el cabello natural, lo cual unido a las altas temperaturas y la humedad, emiten el correspondiente olor. Esto puede llevar al traste el embellecimiento que produce el uso de la peluca lo cual hace preciso que se lave la misma, puesta en la cabeza, y se le apliquen aceites y acondicionadores a ese cabello artificial y superficial que oculta el propio.
En tránsito a 2 de septiembre de 2010
Que en traducción literal es “no me huelas la cabeza”. De todos es sabido que el cuerpo emite una serie de distintos olores que son percibidos en mayor intensidad de acuerdo con el desarrollo olfativo de los que rodean al emisor o el volumen de tráfico olórico en el cruce de distintos olores que la alta temperatura unida un elevado porcentaje de humedad se da en Guinea Bissau.
De las zonas de procedencia clásicas de los olores tenemos los sobacos, zona que se acostumbra vaporear, junto con otras, con colonias que en Bissau existen de todo tipo de marcas y los pies, que trae a la mente la canción del primer long play de Siniestro Total cuyo estribillo era “juegas al pale, te huelen los pies”; más que a alguien le huela la cabeza es algo que sorprende en un primer momento.
Podemos pensar en sentido metafórico, que lo que esta oliendo mal es el estado cada vez mas degenerativo de la masa gris que compone el cerebro y que cada vez se va atrofiando en mayor medida; más ese estado de evolución involución de la mente no se manifiesta a través de la emisión de olores directos desde la cabeza, sino en pautas de comportamiento cada vez mas rutinarias y mecanizadas, dando lugar al deterioro por la falta de uso de las conexiones neuronales.
Más en Guinea Bissau la cabeza puede llegar a oler, también, por el uso de peluca. El hábito de emplear elementos de cabello artificial, que se pueden comprar en supermercados y mercados, y que aprisionan el cabello natural, lo cual unido a las altas temperaturas y la humedad, emiten el correspondiente olor. Esto puede llevar al traste el embellecimiento que produce el uso de la peluca lo cual hace preciso que se lave la misma, puesta en la cabeza, y se le apliquen aceites y acondicionadores a ese cabello artificial y superficial que oculta el propio.
En tránsito a 2 de septiembre de 2010
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